sábado, 19 de septiembre de 2009

El ímpetu y el agua



En un mar embravecido
navega mi alma,
a merced del oleaje,
como frágil barca.


Temerosa y vigilante,
juguete de la tempestad,
y al mismo tiempo
valerosa y peretinaz.

Alzando velas e izándolas,
arremetiendo insistente
contra la adversidad,
y recocijandose en la calma.


Aprendiendo en la travesia,
a soslayar peñascos,
y descubriendose vulnerable
a la inmensidad de una mirada.

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