Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.
Madre Teresa de Calcuta.
Dar el alma, para que crezca
se expanda y me engrandezca,
darla hasta que sangre y duela,
por el sólo placer de entregarla entera.
Sin mirar el límite, ni la medida,
ni si la retribución llegará a tiempo.
Amar con la convicción de que no es en vano,
eso es crecer, aunque parezca extraño.
Y todo lo que entregues volverá en algun modo,
muy probablemente , no de la mano
de a quien le diste todo...
Pero el sólo hecho de darse es el logro.
Eso es el sendero de la vida,
un camino de pequeñas muertes y resurrecciones,
sembrando nuestras semillas en huertos ajenos
y aprendiendo a reconocer nuestra cosecha en los corazones.