viernes, 3 de septiembre de 2010

Palabras enmarañadas



Aprender a callar, silenciar el vértigo... y en el plexo solar sentir una llamarada.
Aprender a gritar, sin emitir palabra y en la mirada desentrañar distancias.
Aprender a pensar, silenciando los ruidos de nuestras pisadas.
Descubrirse perdida y empezar de nuevo a recorrer colinas.
Sentir que las ideas son sabias y ciertas, pero en un instante , burdas y banales,
se escapan como torrente de inquietudes no resueltas.
Querer ser especial, distinta , original de algún modo, para despertar en el torbellino que arremolina a todos.
Vislumbrar un camino conocido y soleado, para que de pronto el horizonte se corra a un costado.
Soñar con tener el verbo que mueve el engranaje de las almas, y encontrarse en
soledad amontonando pobres, huecas y simples palabras.
Una maraña de emociones que sólo yo trato de vislumbrar y no dicen nada.

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