domingo, 25 de octubre de 2009

El tiempo




Te deslizas silente,apocado,
transcurriendo como al descuido.
Envolviendo el devenir cotidiano,
en el transparente tul del destino.

Arrebatas con soberbia implacable,
la mocedad, la candidez,
la inocente impericia ,
los días del porvenir venturoso.

Y los devuelves transformados,
en juicio y prudencia,
y nos muestras con crudo rigor,
la contemporaneidad de la existencia.

Nos cambias los esquemas,
los placeres , las rutinas,
nos pones de cara a nosotros mismos
y al rumbo de nuestra vida.

Y allí frente a frente ,
tu apurado, inexorable,inclemente,
nosotros asombrados y sencillos,
desprotegidos de toda arrogancia,

Bajamos nuestras cabezas,
para levantar nuestra alma ,
y recordar con franqueza,
que el camino nunca acaba.

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