Hasta el último ápice de energía, hasta la postrera voz enajenada, hasta el final movimiento del músculo y el terminal hallazgo, estaré luchando. Contra lo debido y lo mandado, por quien no ha ganado potestad ni señorío. Contra la mano poderosa y necia, contra la prepotencia del insensato. Porque es mi corazón mi escudo, mi enseña , mi luz y mi bandera. Y mis ideales alimentan lo sublime y ensalzan lo puro de mi esencia. Sólo de mi alma soy centinela, y por sus desvelos ,lucho y persevero y son los sentimientos las que la congregan, en la defensa del ideal y los anhelos.
Te deslizas silente,apocado, transcurriendo como al descuido. Envolviendo el devenir cotidiano, en el transparente tul del destino. Arrebatas con soberbia implacable, la mocedad, la candidez, la inocente impericia , los días del porvenir venturoso. Y los devuelves transformados, en juicio y prudencia, y nos muestras con crudo rigor, la contemporaneidad de la existencia. Nos cambias los esquemas, los placeres , las rutinas, nos pones de cara a nosotros mismos y al rumbo de nuestra vida. Y allí frente a frente , tu apurado, inexorable,inclemente, nosotros asombrados y sencillos, desprotegidos de toda arrogancia, Bajamos nuestras cabezas, para levantar nuestra alma , y recordar con franqueza, que el camino nunca acaba.
Es una ilusión intangible, Escurridiza y frágil, Lo llena todo y crea un mundo, Rompe cadenas y a ella me esclaviza. Su resplandor etéreo me hace grande y poderosa, y más tarde me arroja, dejandome caer a su voluntad . Sedienta de su existir Bebo su esencia pero en polvo de estrellas me derrama sus respuestas. Llena mi alma, Se agolpa en mi garganta, flota esplendorosa y altiva Pero al soplar la brisa luz se apaga. Le ansio como visión mística, perseguirla es mi quimera, Alcanzarla mi utopía y vislumbrarla como espejismo ,mi condena. Es el costo que tributo Por querer andar ,sin rozar el piso Espejando esa imagen inocente dibujada en mi sonrisa.
Ya fueron estas palabras dichas y es esta, una historia contada y sin embargo, cada imágen, es una nueva evocación. Esa sensación de vehemencia cuando el corazón se ensancha, y ese peso sofocante, cuando la soledad se instala. Este color tan extraño, un ámbar tan cristalino que tiñe el alma tráslucida, y la hace permeable e inerme. Los rayos del sol la abrasan, la lluvia la moja y traspasa, el viento la agita, y una ausencia la apaga.
Todo es mutable, nada es estático, pesada es la subida y vertiginosa la bajada. Lento es el camino para fondear un alma, muchos los escollos y no pocas batallas. Y una vez en ella, maravilloso tesoro, mantenerse a su lado, es aun más valioso. Todo se mueve, gira y reacomoda. El paso del tiempo cura o aguijonea. Y si en la tempestad logras afirmarte, no creas que tus logros serán tu estandarte. Que cada nuevo día, es otro cambio. Cada amanecer otro comienzo,otra lucha. Nada te pertenece, todo te fue prestado, dependerá de tu esfuerzo, la duración del comodato.Pero el amor,esencia y la luz del camino, trasciende y perdura, inamovible y cristalino .